viernes, 12 de julio de 2013

Espejo.

Ves
que lo he dejado caer...

Después de derrocar a la reina,
después de burlar sus guardias, 
después de ser soldado,
líder,
canalla.

Después de todo
soy la terrible imagen de mí mismo. 

Pero aún prendo en fuego el cielo,
aun inyecto sangre en otros ojos,
aun soy el hielo que barre Palencia. 
Grito.
Desgarro la carne, 
hasta que sólo queda el dolor 
(Un dolor sin justificación:
"el placer por el dolor") 
Y entonces ves

que lo he dejado caer.
Mi yo frente a un espejo,
un espejo frente a mis ojos,
unos ojos que logran la triste meta
de reconocerse a sí mismos.

Soy el espejismo de lo que no seré.
Soy lo que no puedo ser.