jueves, 29 de agosto de 2013

Alma de papel(a)

A mi tener alma de papel no me importa.
Que yo ya hacia barquitos hace tiempo.
Doblar un pico, cortar papela,
tirarlo a la papelera.
acariciarlo y teñirlo de colorao',
con la sangre del que espera
que se cure la herida sola.

Hacer aviones con los restos
y enviarlos a estrellar
a las estrellas tirando de hombro.
Y que se caiga y parecer
siempre lo mismo.
Parecer siempre un patán.

Canción y tumba para el desesperado (II)

Uno
Inclina del todo el vaso.
Ya no queda un ángulo más alto.

El otro
Es torpe y se sonroja.
Intenta parecer mayor.

Uno
camina y se conforma
con el pedazo que le den.

El otro
cree que se conoce,
y se infla para intimidar.

Parecen gatitos asustados,
y son gatillos en tensión.
No quedan bares a esas horas,
sólo hay portales, sólo hay temor.

Quince minutos caminando,
y en un minuto se hizo el sol.
Ya sólo queda la vergüenza,
Se dan la espalda diciendo adiós.



domingo, 11 de agosto de 2013

Canción y tumba para el desesperado.

Tenías las manos de madera,
y viniste derritiendo acero.
Los ojos de ladrillo,
la sonrisa de un demonio.

Hablabas del infierno,
de las cadenas y del desgarro.
Y seguro que pensabas
en ser rey entre las sombras,
en ser la carta del descaro.

¿Puedo cerrar la puerta?
Ven. ¿Seguro?
¿Me está diciendo que no quiere venir?
No mientas...ven.

Trae tu lanza entonces,
y conquista la tierra de mi tierra,
y el aire de tu madre y de tu padre,
ése que te obligaron a respirar.

No sabes aun que éste no es sitio para tuertos.
Que no hay sitio para el cojo, no hay sitio para el zurdo.
En esta ciudad sólo hay hueco para el llanto.
Y sólo si no lo oye nadie.

Cierra la puerta y escóndete
No voy. No vengas.
No.
No puedo. 

Vete entonces con tu lanza,
y conquista otra tierra,
y otro aire, y respíralo,
y olvida a tu padre,
y olvida a tu madre.
...y olvídame a mi.

Porque yo vengo con el gris de esta tierra,
y vengo con el hielo de este aire,
y siempre seré frío,
y tuerto, y cojo, y zurdo.
Yo vengo de serie con el llanto de esta ciudad.

Si vuelves
Prometo escondernos
en paredes de baldosas,
donde no haya nadie.

Yo te espero desde antes de conocerte,
yu no me recuerdas, ni después de verme. 


lunes, 5 de agosto de 2013

Cuerdas y noches.

A mi edad otros no están roncos. No serpentean entre barro buscando ratones. A mi edad otros viven, no piden decodificar el mundo, no sueñan de continuo.

Los secretos atropellando mi garganta, me encorvan el cuello,
la sangre hierve de frío, los dedos tiemblan frente a una chimenea.
El papel por todas partes mientras los huesos se estiran.
Estoy ahi, en la cama, me veo desde arriba. Soy la lámpara de mi techo.
Soy los ojos de la habitación que me acoge desde hace semanas.
Soy sólo un sueño hasta que despierto.

Luz. ¿Por qué hay ahora luz?

Por la noche han debido crecer torres en mi cama, y ahora alzan las sábanas como un templo inmenso,
a mi lado una reina vestida de blanco, un príncipe dorado.
Es el cuerpo de un dios. El aria magna de una gran ópera.

Tiene la boca abierta, el cabello en tensión. El culo un poco grande y una cinta a la espalda. Tiene el don de llevarme lejos. La cabeza ajustada, la piel de madera.

Me quedo con ella y ella hace que se pase el día hasta que vuelve la noche y sólo duermo.
No por dormir. Por estar durmiendo.


Futuro.

Por los cuerpos de piedra,
por la música que no alcanzo,
por los maullidos de los egoístas.

Por no tambalear los cimientos de nadie,
por llenar recodos. 
Por no ver más que torres,
murallas, iglesias, cafés, ancianos...

Por saberme encerrado,
Por no tener a tiempo
la mano que me alce,
ni la mano que me quite el polvo. 

Por todo ello y porque no hay lucha.
Por no haber lucha y por no haber meta. 
Por todo, no hay nada allí en un final...
...que no llega nunca.