jueves, 15 de marzo de 2012

Elegía a Rubén Mendoza

Como suspiros es mi recuerdo,
y como un brillo mi lamento
que se alza hasta ti, hasta el cielo.

Cae el frío suave y retorcido,
fluyendo gracil sobre mi,
¡Que despropósito!...qué belleza de mármol.

No has visto mis manos,
porque ellas se han adelantado
 y si, estan rezando, rezando...

No te has ido y ya me duele
y es tanto dolor, que aunque volvieras
ya no habria manera.

Qué delirios, qué sin palabras.
Ojala pudiera ver ahora tu alma
y lentamente despedirte.

Y en susurrando oir:
"No, no he muerto"
sonriendo como diciendo:
"te espero chico, te espero..."

Te quise tánto y tánto te quiero.
Adiós...nos vemos.

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