miércoles, 18 de abril de 2012

Juan Delgado Aguado D.E.P


La vejez muestra con manchas y arrugas en la piel lo que hemos sido. Señala las batallas que hemos ganado. Ninguna piel joven debería ser rasgada por la noche. Todos deberíamos morir con el honor de una colección enorme de arrugas que ocultasen nuestros rasgos, para morir no como nosotros sino como humanos.
Nuestros ojos nos delatan, pálidos,muestran la energía que le queda a la pila bombeante que se va a agotando hasta finalmente despedirse de ti de manera muy suave...con un silencio, como nadie lo hace. Así nos mata la Muerte cuando viene como amiga. Pero esa zorra desorejada puede zarandearnos y lanzarnos a mil abismos cuando nuestra piel apenas acaba de perder su tacto de terciopelo, ese tacto de bebé que nos acompaña a veces en la adolescencia y sirve como tarjeta de protección contra la muerte. Pero ella no es mujer de leyes, ella agarra las tarjetas y mano a mano se las pasa bajo el refajo.

Ella te ha arrebatado el brillo de unos ojos intensos que se comían el mundo. No era un brillo especial. Era un brillo como el de cualquier joven. Un brillo de esos que buscan vivir. El brillo de quien no ha sido desgastado por el sol.
 

Miércoles santo. No de fe, si cabe de desesperanza. Si cabe de aluviones de impotencia. Si cabe de revolcones en el barro y en la tierra, y de gritos bajo las sábanas, de vinagre en los ojos, y llantos, y pesadumbre, y azufre, sal, café, maquillaje negro, velo y corbata, roble, nubes, lluvia, lagrimeo,dolor contenido...mocos...papel...y de nuevo el llanto.

          Me sangra el oído de oírlo una y otra vez.
          Un recuerdo triste, aislado, una tragedia y un cielo
          entero que se niega a lucir, y las
          ramas y racimos de Rubén Darío que
          trémulas y brillantes nos recuerdan que nada somos, que
          esta vida es paja para un viento soberbio y egoísta.

A ver quién guarda silencio en esta biblioteca de llantos. A ver quien se calla ante el polvo que se lleva el viento. Hay que joderse.

          Si aborreces la vida y la muerte...¿qué te queda? Odio. Odio es lo único que te queda. Y rabia, e ira,
          cólera, rebeldía, enojo, furia,odio y rencor. Eso es todo.

Todo parece atado con hilos de papel maché. La vida juega las damas con aviones de papel y la muerte al ajedrez con F10. La flecha contra la bala. El pájaro contra el cristal. La mosca contra la tela de araña. El tinte contra las canas.

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