sábado, 24 de enero de 2015

Mientras no pasa nada

A Irene Garrido Huelmo.
Por todo el bulling.

Mientras no pasa nada,
el mundo se envuelve y se viste.
Los números, los cálculos... no existen.

Mientras en el mundo no pasa nada,
todo pasa por un filtro.
que va cambiando de color
ojeo, oteo, veo.

Mientras alrededor no pasa nada,
en mi mente se trama una historia,
se describe un paisaje.

Cuando callo, hablo hacia dentro.
Cuando canto, me rompo hacia afuera.

Y conociendo esto,
hablar sólo se reduce
a hacer un remiendo
al lenguaje, a la inteligencia
y a los sentimientos.

Lo que surge de una cuerda,
de un movimiento,
del viento que se mueve...

...de la caja que retumba
por la cuerda por la uña
por el dedo por la mano
por el brazo del muchacho
que se gana unas monedas en Londres
cantando sus miserias.

Mientras no pasa nada,
se puede escuchar en todas partes,
en cada ruido de la calle,
en cada claxon, en cada semáforo,
en cada bostezo...

Mientras alrededor no pasa nada,
hay música.
La música nos guía,
no lleva de la mano,
está en todas partes...
sólo hay que pararse a escuchar.
sólo habría que pararse.
La música podría salvarnos,
si tan sólo nos parásemos.

sábado, 17 de enero de 2015

Señor de los cuervos.

Mientras yo dejo todo pasar,
tú apareces
en todos los tormentos
de todos los futuros
que no estoy viviendo.

Busco voces,
triunfos de otros,
y siempre vuelvo a ti.
Reapareces con tu cetro,

con la alfombra roja 
de la victoria,
haciendo que todo huela 
a tus golpes de suerte.

Aquí todo suena a muerte,
a humedad, a niebla...
a volver a verte,
en todas mis ventanas
verdes.

Verde que te quiero verde,
graznando a mi puerta, verde.

¿Por qué no recoges 
todas las cosas de mí que ni recuerdas?
Por qué no miras hacia atrás
y haces el esfuerzo de reconocerme.

Verde que te quiero verde,
Rebañando mis huesos, verde.


Se me suele quedar la voz encasquillada
de vivir a la sombra de tu triunfo.

"A Leroy. 16/01/15"

jueves, 15 de enero de 2015

Siento.

Siento a cada trago
tu tormento,
tu vergüenza
y un rostro que me inquieta
y se sustenta
en mi intranquilidad.

Siento cada vena
palpitando
a duermevela.
Siento el rayo,
entre mis dedos.
Mi cerebro que se enerva
y se levanta
en cada inclinación
de la botella.

Siento en cada pena
que me llena,
que desborda
por la tinta de mi boli,
que se escurre por mi boca,
que está empapando todo el bar,
tu lejanía.

Siento aquí en mis hombros
cada metro
que separa cada línea
que recorre cada tramo,
de cada recta y curva
trayecto y carretera
que lleva hasta no estar
contigo.

Siento cada raja,
cada herida,
cada rozadura,
cada golpe,
cada corte, moretón,
rotura, desventura,
cada gota de mi sangre,
cada caída y recaída,
y recaída, y recaída
que produce el desgaste
de no estar contigo.

Visceralmente,
siento rabia, odio,
impotencia...
siento un hígado
con cirrosis en mi garganta,
llena de cada carta, truco,
trampa, enroque...
Cada raíz, tronco, roca,
cada trueno, cada río,
cada recital por ti.
Cada centímetro hasta dónde tú estás.
Siento cada vez más fuerte,
cada vez menos.