viernes, 21 de marzo de 2014

No te calles (tanto) nunca.

Márcame con una cruz en tu lista.
O marca mi drama.
O marca mi número y llama.
Pero por Dios, no me conviertas
en uno más de los que te aman.
No te olvides de mí si despiertas,
no te olvides de mi voz,
no te apartes mi pelo de la cara.

¡Grítame!
Aunque digas que mi yo te cansa.

Pero es que no te puedo escribir versos
si no se si tus ojos escarcha,
o si ya son ríos llenos
de piedras, de balsas.
No conozco canciones
para calmar la nada.
Rasga el silencio antes
de que yo rasgue mi espalda.

¡Cállame!
Pero dime al menos qué coño te pasa.

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