jueves, 15 de enero de 2015

Siento.

Siento a cada trago
tu tormento,
tu vergüenza
y un rostro que me inquieta
y se sustenta
en mi intranquilidad.

Siento cada vena
palpitando
a duermevela.
Siento el rayo,
entre mis dedos.
Mi cerebro que se enerva
y se levanta
en cada inclinación
de la botella.

Siento en cada pena
que me llena,
que desborda
por la tinta de mi boli,
que se escurre por mi boca,
que está empapando todo el bar,
tu lejanía.

Siento aquí en mis hombros
cada metro
que separa cada línea
que recorre cada tramo,
de cada recta y curva
trayecto y carretera
que lleva hasta no estar
contigo.

Siento cada raja,
cada herida,
cada rozadura,
cada golpe,
cada corte, moretón,
rotura, desventura,
cada gota de mi sangre,
cada caída y recaída,
y recaída, y recaída
que produce el desgaste
de no estar contigo.

Visceralmente,
siento rabia, odio,
impotencia...
siento un hígado
con cirrosis en mi garganta,
llena de cada carta, truco,
trampa, enroque...
Cada raíz, tronco, roca,
cada trueno, cada río,
cada recital por ti.
Cada centímetro hasta dónde tú estás.
Siento cada vez más fuerte,
cada vez menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario