domingo, 26 de mayo de 2013

Lobos, Velas y Queratina.

Me arrastró a la noche de cristal.
Me raptó al bosque de cemento.
Me dijo "mantente cerca".
Puso sus manos en mis ojos.

Aquel niño me salvó.
Me llevó a la niebla de las luces,
a las tierras de quienes reptan.
Puso su hocico en mi cuello.

Dijo: toma tu máscara de lobo.
Me aulló como si fuera su luna.
Me enseñó a mentirme.
Puso sus dedos en mis dientes.

Era las luces de navidad,
las farolas de las lámparas de papel en el mar,
la luz de los móviles,
el brillo de las canicas de metal.

Fuera del muro. Me llevó
donde se serpentea entre láseres.
Donde nadie pregunta,
Donde se llora por otros lobos.

Me llevó a casa.
Él era la vela de la linterna.
La llama del mechero.
Él era el sol escurriéndose desde mi ventana.

El puso mis uñas en su pelo,
en un reencuentro irónico de queratina.


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