Me han levantado un castillo
en el que dicen que duerma, bien alto, que roza el cielo.
Por las noches se hacen grilletes,
brotan estigmas en el pecho.
Huele a podredumbre y es mi carne
que se despide, bien alto, que roza el cielo.
Vienen ,heraldos de mi juventud, los años.
Dicen que les use o que se van, bien alto, que roza el cielo.
Y no sé si ser odio y aliento
o dedicarme a poner las calles.
Todo hueco.
Dónde duermo yo en este desierto de cama,
si a mi izquierda Sahara
y a mi diestra Antártida.
En este espacio interior,
en este hueco abierto
no hay sitio para mis arrejuntados,
sean porno o sean amor.
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