Uno
Inclina del todo el vaso.
Ya no queda un ángulo más alto.
El otro
Es torpe y se sonroja.
Intenta parecer mayor.
Uno
camina y se conforma
con el pedazo que le den.
El otro
cree que se conoce,
y se infla para intimidar.
Parecen gatitos asustados,
y son gatillos en tensión.
No quedan bares a esas horas,
sólo hay portales, sólo hay temor.
Quince minutos caminando,
y en un minuto se hizo el sol.
Ya sólo queda la vergüenza,
Se dan la espalda diciendo adiós.
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