jueves, 29 de agosto de 2013

Canción y tumba para el desesperado (II)

Uno
Inclina del todo el vaso.
Ya no queda un ángulo más alto.

El otro
Es torpe y se sonroja.
Intenta parecer mayor.

Uno
camina y se conforma
con el pedazo que le den.

El otro
cree que se conoce,
y se infla para intimidar.

Parecen gatitos asustados,
y son gatillos en tensión.
No quedan bares a esas horas,
sólo hay portales, sólo hay temor.

Quince minutos caminando,
y en un minuto se hizo el sol.
Ya sólo queda la vergüenza,
Se dan la espalda diciendo adiós.



No hay comentarios:

Publicar un comentario