miércoles, 2 de octubre de 2013

Café

Nos sujetan, entonces, como se sujeta
una taza ardiendo que no tiene asa. 
Cambia de mano en mano pensando
si alguna vez se irá el calor. 

Hay quien nos agarra con leche,
como agarran las madres.
Nos agarran como se toma el primer café,
con mucho azúcar,
con hielo, y compensar así
el calor del cuerpo.

Nos agarran y serpenteamos como 
serpentea el calor de la taza.
Nos sujetan de muchas formas.

A veces nos sujetan fríos,
no por el hielo, sino por el tiempo.
Nos sujetan solos, sin azúcar,
y así sabemos luego, claro:
Amargos.

Nos sujetan como se sujetan las tazas...
...cuando se caen estrepitando el suelo.


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