martes, 1 de octubre de 2013

Crujir de dientes.

Infierno es el otro lado de la cama.
Infierno es el ordenador,
Infierno el es cuerpo.

El infierno es tapar el hueco que sobra
llenando la cama de cosas.
Es no saber si desayuno, como, o ceno.

Es refugiarme de misiles bajo las mantas,
de las espadas que entran por la persiana,
de los látigos, si abriera la puerta.

El infierno es no poder tumbar los muros,
el infierno es no querer hacerlo.
Es los demonios de mi armario empotrado.

Demoler mi ciudad a golpes de grises,
a golpe de lluvias, de ríos cuyo agua son trenes.
Demoler amaneceres bajando la persiana,
tapiando ventanas, bloqueando las puertas,
sellando las juntas.

Hacer fuertes con almohadas y sábanas,
acurrucarse con una linterna y mirar el lado vacío.
Siempre el lado vacío.

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